A grandes rasgos y apoyándome una vez más del mismo Bourdieu (1988), consideraré al campo religioso como un espacio en el que los agentes luchan por la posición legítima de lo religioso, generalmente en escenarios desiguales, pensando a las posturas religiosas mayoritarias y hegemónicas, como "naturales", desacreditando a "las y los otros (as)" con discursos despectivos, etiquetándolos de sectas, desviados, apócrifos, hermanos separados, entre otros. Veremos que la disputa por el campo religioso, no sólo se efectúa entre los mismos actores o sociedades religiosas, si no también en lo que se escribe referente a ellos; el mundo académico lo concibo como un reflejo de la misma problemática, situación que será expuesta líneas más adelante.
La configuración del campo religioso no es exclusivamente una cuestión teórica, metodológica o teológica, sino que requiere un análisis de los procesos históricos de los sistemas religiosos en el marco de la larga duración y del tiempo estructural que planteaba Braudel (Masferrer, 2000: 19). En este sentido, resulta necesario, para los fines de una comprensión lo más amplia posible de los fenómenos religiosos que se han presentado a lo largo y ancho de la historia de Oaxaca, un enfoque multidisciplinario, siendo de sumo interés los aportes de la historia, antropología, etnohistoria, sicología, sociología, filosofía, economía, entre otras.
3.4.1 El campo religioso en Latinoamérica
Para el año de 1994, Jean Pierre Bastian nos presenta un estudio a cerca de minorías religiosas activas en América Latina, situación que sirve de pretexto para efectuar una serie de reflexiones y trabajos de investigación donde se pone en tela de discusión la supuesta hegemonía católica en tierras americanas. A pesar del eurocentrismo que demuestra Bastian, al respecto de su balance de los no católicos, la historia y aportes de los mismos en tierras, presumiblemente católicas, el libro desata una necesidad por parte de las comunidades académicas en el terreno de las ciencias sociales, de entender aquellos que se señalan de manera un tanto despectiva en el texto: los grupos pentecostales . El autor alcanza a manifestar una especie de preocupación por la forma tan "popular" en que se experimenta el cristianismo y las facilidades que se extienden para los nuevos creyentes, idealizando, hasta cierto punto, los viejos tiempos de las iglesias protestantes históricas, así como los "grandes aportes" que se heredan a los procesos de democratización y progreso de las incipientes repúblicas de los siglos XIX y principios del XX de las Americas con herencia de culturas grecolatinas.
En 2002, Manuel Marzal nos brindó Tierra Encantada, un tratado de antropología religiosa de América Latina, mostrando los resultados de una pesquisa que examinó el complejo panorama religioso en las Américas de habla española. Marzal contó con un arma de doble filo a la hora de efectuar su trabajo, siendo él parte del mismo campo religioso que investigó, colocándose ante todo como un religioso que investiga lo que cree. La objetividad, al igual que Bastian (como evangélico), se cuestiona demasiado. A pesar del problema no resuelto (objetividad-subjetividad), sus trabajos, resultan ser referentes obligados para entender los nuevos y diferentes rostros religiosos del nuevo mundo.
Ambos autores (Bastian y Marzal), enfatizan su preocupación por la pentecostalización acelerada que sufre el continente, en su versión latina, tendencia que incluso resulta incontenible y realmente avasalladora. En este sentido, los autores argumentan que los protestantismos históricos o evangélicos, por ende, han perdido adeptos, estancándose notando un serio decrecimiento de las mismas. Los enfoques de estudio han sido esencialmente: históricos, antropológicos, teológicos y sociológicos.
Por otra parte, las sociedades religiosas latinoamericanas, y esencialmente en el aspecto no católico, han sido trabajadas de manera aislada, esto quiere decir que se han investigado las mismas sin tomar en cuenta el contexto, la lucha por obtener la mayor cantidad de adeptos posibles, o sea el campo religioso en el cual están insertadas.
En Brasil podemos encontrar un listado abundante de nuevas y antiguas asociaciones religiosas. Leonildo Silveira Campos (2000), nos obsequia un brillante trabajo sobre una de las iglesias surgida en Brasil, de alcance internacional: La iglesia Universal del Reino de Dios o Pare de Sufrir, quien se adapta y ajusta a las leyes de oferta y demanda, ofreciendo, en palabras de Silveira Campos, los milagros express. A pesar de lo interesante que resulta ser la investigación de Leonildo, nos queda a deber una explicación del contexto religioso en el cual se desenvuelve la iglesia. Por último, el mismo autor, tampoco escapa de la crítica de ser creyente (evangélico) y tener ciertos conflictos teológicos con la IURD, abordando un estudio que podría pensarse prejuiciado de una iglesia que compite por las almas en el mercado tan variado de las religiones.
Bautizados en fuego, protestantes, discursos de conversión y política en Guatemala (1989-1993), obra a cargo de Manuela Cantón Delgado (1998), resulta ser un ejemplo de lo citado. Cantón nos muestra la proliferación de sociedades religiosas de corte pentecostal y neopentecostal en Guatemala. Tampoco deja de lado la vertiente esencial en torno a los estudios del pentecostalismo en Latinoamérica: binomio religión y política. Evaluando la creciente oleada de pentecostales en América latina, la autora nos hace voltear sobre las nuevas condicionantes o configuraciones políticas influenciadas por sus adscripciones religiosas centroamericanas. La discusión del campo religioso, sigue siendo la gran ausente en su investigación. El caso se repite de manera constante en otros estudios, desglosando en puntos las características, podríamos encontrar el siguiente listado:
1.- Actualmente, los estudios de los no católicos en América Latina, están centrados, predominantemente, a la pentecostalización de esta región del mundo. Por ende, las iglesias históricas, como es de esperarse, ya no resultan noticia, o de suficiente trascendencia para entender las instituciones religiosas que hoy se dibujan en tierras de habla hispana ubicadas en el nuevo mundo.
2.-Un factor que se rescata para discutir el abordaje de dicha temática, es la manera que estos grupos pentecostales crean en su feligresía un comportamiento político, ampliamente influenciado por su discurso religioso. El mismo puede resumirse en el siguiente comentario: si la política es del diablo, es porque nosotros se la hemos legado, es tiempo de tomarla para el reino de Dios.
3.- Se intenta comprender a la pentecostalización (por poner un ejemplo, ya que existen otros grupos religiosos), sin un contexto, o visión panorámica que nos ayude a evaluar la situación de las iglesias pentecostales y su relación con las otras existentes. Digamos que el "factor competitivo" no se visualiza a la hora de los análisis e inserción de las iglesias o templos.
4.- Por último, también podemos notar, que no hay un balance del campo religioso latinoamericano bajo la perspectiva de género. Esto quiere decir, que no suelen profundizar la cantidad de feligreses hombres y mujeres dentro de cada asociación religiosa, así como sus roles, cambios y persistencias en las mismas. En otras palabras, no se alcanza a vislumbrar la situación desigual de las mujeres en estructuras religiosas patriarcales o androcéntricas como las judeocristianas. Por los motivos citados, aunado a la prohibición de las prácticas homoeróticas y lésbicas (iniciativa orgullosamente judía y después perfeccionada por el cristianismo católico, absorbida por las reformas religiosas de Lutero), no podemos visualizar el radio de acción de gays al interior de sociedades religiosas presumiblemente heterosexuales.
Si bien es cierto que los autores citados no tratan el caso específico de la configuración del campo religioso en si, lo que podemos visualizar a grandes rasgos son unas ideas, modelos y enfoques acerca de la historia, evolución, conceptos, o documentos en los que nos podríamos apoyarnos para la comprensión de los actores religiosos en la escena latinoamericana. No podemos negar las ausencias y retos para efectuar las mismas. Es un hecho que un planeta donde la mayoría de las habitantes son mujeres, resulta incompleta una pesquisa.
3.4.2 El campo religioso en México
El campo religioso en México, como se ha comentado en líneas atrás, ha sido abordado desde múltiples vertientes y espacios. No se han dirigido al mismo con el titulo estricto de campo religioso, pero a pesar del inconveniente conceptual o teórico, existen algunos trabajos que nos obsequian imágenes de las formas, edad y diversidad de las sociedades religiosas en tierras donde el catolicismo predomina. En el ámbito regional, por ejemplo, se ha enfatizado un binomio interesante: cambio religioso y migración. Al respecto contamos con trabajos como los de Hernández Madrid (2003); Odgers Ortiz y De la Torre (2004), quienes destacan la migración en el ámbito internacional como un factor que determina al cambio de adscripción religiosa.
Al mismo tiempo, tenemos el trabajo de Elio Masferrer (2004), quien nos brinda un modelo antropológico para entender las configuraciones de los campos religiosos en tierras mexicanas, dentro de una perspectiva de larga duración (Braudel, 1953). De los aportes de Masferrer (2000 y 2004), quiero rescatar los siguientes puntos, por creerlos indispensables para el tipo de trabajo que presento:
1. Considerar a los grupos evangélicos o protestantes, como una anti estructura que se contrapone al respecto de la católica, en términos de operaciones ideológicas, pero esencialmente sociales. 2. La importancia de entender y analizar la configuración de los campos religiosos en terrenos multiculturales. 3. Notar, una vez más, la falta de efectividad de la iglesia católica, sobre la población mexicana. Decreciente situación, que da paso a la proliferación de diversas sociedades religiosas, no necesariamente antagónicas del catolicismo. Estas se han adaptado de manera efectiva, aprovechando en gran medida las coyunturas políticas neoliberales y las redes de globalización que agilizan la incursión y asentamiento de las mismas.
A todo esto habrá que notar que Masferrer, en su postura de científico social, logra en la medida de sus posibilidades, medir con la misma vara a los campos religiosos a lo largo y ancho de la historia de México, plasmando una serie de momentos claves que eslabonan los procesos de formulación de las nuevas relaciones entre Estado, religión, Iglesias y sociedad en tierras mexicanas. Desde luego que las ausentes, aunque la intención primaria es no sexar la investigación, siguen siendo las mujeres. No nos brinda el autor nociones claras de ellas y su situación dentro de los campos, Iglesias o grupos señalados.
3.5 La pentecostalización en México
Otra preocupación que ha sido plasmada en investigaciones referentes a los grupos religiosos no católicos en México, ha sido preferentemente perfilada a las denominadas iglesias pentecostales. La inquietud expresada por Bastian a principios de la década de los noventa del siglo pasado, se recoge, amplía y discute en trabajos como los de Carlos Garma (2004), quien centra su investigación en el estudio de la pentecostalización en la ciudad de México, especialmente en la delegación Iztapalapa, tratando diversos temas, tales como el don de lenguas, el liderazgo, la situación de las mujeres, entre otros. Al respecto del último punto, la situación de las mujeres en grupos pentecostales, el autor argumenta, que la mujer ha encontrado espacios dentro de estas iglesias, que normalmente no gozaban en experiencias religiosas previas, esencialmente católicas. El cambio no deja de ser paulatino, pero si real, saliéndose de esferas simbólicas, tanto la imagen de la mujer al interior de la iglesia, así como sus relaciones sociales, donde podemos encontrar a la familia o el trabajo, cambian de manera considerable según el autor, provocando un mayor número de adeptas que crece a pasos agigantados.
El pentecostalismo también ha sido abordado por Gilberto Alvarado, quien nos presenta para el año 2006, El Poder del Espíritu, una visión política del Pentecostalismo en el México Contemporáneo. El libro de Alvarado, nos procura plantear la pentecostalización en México y su incursión de estos en el ámbito político. Sus perspectivas, tanto históricas como antropológicas, nos brindan una noción general de la situación de estos grupos religiosos y su poder de convocatoria e influencia política en sociedades presumiblemente católicas como las mexicanas. En este caso, las mujeres otra vez, están ausentes.
La sal de la tierra, tesis doctoral convertida en libro por parte de Luís Scott (1994), resulta ser una historia socio política de los evangélicos en la ciudad de México. Scott en su pesquisa busca disipar la interrogante sobre ¿cómo ha sido la participación de los evangélicos en la sociedad mexicana en los últimos 25 años? Su trabajo incluye exclusivamente comunidades religiosas evangélicas de corte histórica (bautistas, metodistas, presbiterianos, nazarenos). En este caso, las mujeres hacen acto de presencia en algunos cuadros con información cuantitativa. A pesar del esfuerzo de Scott, nos muestra una visión bastante androcéntrica al respecto de la cultura política de los sujetos de estudio. Ellos son los que deciden, determinan y movilizan las tendencias políticas. Supongo que a pesar de que Luís Scott no promete sexar su investigación, se le fue una buena oportunidad para discutir y mostrarnos el comportamiento político de las mujeres evangélicas .
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